El presidente de Estados Unidos Joe Biden anunció la imposición de un embargo energético contra Rusia que prohíbe las importaciones estadounidenses de petróleo, gas natural licuado y carbón rusos por causa de sus operaciones militares actuales en Ucrania. "Esto significa que el petróleo ruso ya no será aceptable en los puertos de Estados Unidos", sostuvo el presidente en declaraciones hechas desde la Casa Blanca.
Biden afirmó que la medida asestará un "poderoso golpe" a la capacidad de Rusia para sostener el financiamiento de sus operaciones militares, aunque también reconoció que resultará contraproducente para los estadounidenses en casa, porque provocará un constante aumento en los precios en las gasolineras.
El mandatario estadounidense indicó que precio de la gasolina en las gasolineras "subió 75 centavos" desde que Rusia emprendió las operaciones militares. "Con esta acción va a subir aún más" , añadió.
El precio promedio de la gasolina en Estados Unidos alcanzó un récord de 4,173 dólares por galón, de acuerdo con la Asociación Estadounidense del Automóvil, cuyos datos mostraron que el precio aumentó 15% con respecto a hace una semana y 21% en comparación con el mes anterior, publicó Noticias Argentinas.
Por otra parte, la Unión Europea, la cual depende de Rusia para alrededor del 40% de su suministro de gas natural, anunció con anterioridad un conjunto de medidas relativamente limitadas: reducción de dos terceras partes de la importación de gas natural ruso este año y el objetivo de ser independiente antes de 2030. Estados Unidos es mucho menos dependiente de los energéticos rusos que los países europeos.
En sintonía con estas medidas, la operadora británica Shell anunció el martes que prevé retirarse del petróleo y del gas rusos "gradualmente, en línea con las nuevas directrices del Gobierno" británico, en respuesta a la invasión rusa de Ucrania.
En un comunicado, Shell precisó que, "como primer paso inmediato, el grupo interrumpirá todas las compras al contado en el mercado de petróleo ruso" y "cerrará sus estaciones de servicio y sus actividades de carburante para la aviación y de lubricantes en Rusia", informó la agencia de noticias AFP.
"Nuestras acciones hasta la fecha se han guiado por las discusiones en curso con los gobiernos sobre la necesidad de desvincular a la empresa de los flujos energéticos rusos, manteniendo al mismo tiempo el suministro de energía", comentó el director ejecutivo de Shell, Ben van Beurden.
El grupo está "cambiando (su) cadena de abastecimiento en petróleo crudo para retirar los volúmenes rusos", añadió.
Sin embargo, advirtió que dada la "ubicación física y la disponibilidad de alternativas", el esfuerzo "podría llevar semanas".
"Es un desafío complejo" que "requerirá acciones concertadas entre gobiernos, proveedores de energía y consumidores", afirmó.
Pese a una serie de sanciones masivas contra Moscú, el sector energético de momento no se vio afectado, sobre todo porque Europa es muy dependiente del gas ruso, y especialmente Alemania.
Ayer el primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó en conferencia de prensa que retirarse del petróleo y del gas ruso es lo "que hay que hacer" pero que esto debía concretarse "paso a paso".
Y el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, se expresó en la misma línea, admitiendo que "la triste realidad es que somos muy dependientes del gas y del petróleo rusos" y que una transformación de ese calado "tomaría tiempo".
No obstante, el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, sostuvo este martes que Europa "tiene soluciones para volverse independiente del gas ruso" y agregó que desea "acelerar" esas soluciones para poder "hacer frente al desafío en el invierno de 2022-2023".
El jefe del Gobierno alemán, Olaf Scholz, dijo ayer que las importaciones de energía fósil de Rusia eran "esenciales" para asegurar el abastecimiento del continente europeo.
Alemania importa de Rusia el 55% del gas y el 42% del petróleo y el carbón que consume. (NA-Télam).
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