En el informe, se analiza el resultado electoral del domingo 13 de agosto en Argentina y las perspectivas económicas, de cara a las elecciones presidenciales de octubre y la finalización del año.
El informe completo, detalla:
Los coletazos de las PASO
? Las elecciones del domingo pasado dejaron como efectos directos y colaterales una serie de elementos que es necesario resaltar y dejan interrogantes hacia el corto y mediano plazo. Pero importa sobre todo lo inmediato, porque las elecciones generales serán en muy poco tiempo y particularmente por el dinamismo de la política argentina.
? Quizás lo más relevante tenga que ver con el resultado en sí. Tanto las mediciones de intención de voto como las especulaciones que se tejían en la previa auguraban un buen resultado para el candidato de La Libertad Avanza (pensando en 15 a 20% de votos válidos). La sorpresa absoluta - ni la propia gente de LLA esperaba este resultado - fue la obtención del 30% de los votos de quienes concurrieron a las urnas (concepto clave que retomaremos).
? ¿Cómo podemos explicar el resultado? Esto tiene una multiplicidad de causales en las que se cruzan la desafección política, el hartazgo generalizado ante la situación de crisis económica, y un porcentaje importante de castigo pero no a la política o a la “casta”, sino de castigo a un status quo institucional que no brinda soluciones a problemas complejos.
? Esto no es nuevo, es también contextual con la región, es parte de un proceso de crecimiento de discursos de derecha radicalizada, de odio, negación y reacción ante el avance y conquistas de un conjunto de derechos que se manifestaron de manera colectiva. Es por sobre todas las cosas, el triunfo de la centralidad del pensamiento neoliberal: la victoria del individualismo llevado al extremo, a un extremo en el cual la delgada línea entre la aspiracionalidad del beneficio y salvación personal está por encima del bienestar colectivo, de manera cada vez más difusa y confusa.
? Por último, tarea pendiente para próximos informes: el resultado deja un interrogante aún mayor que se configura como el desafío para las estrategias del Unión por la Patria y Juntos por el Cambio. ¿Cómo ganar el voto del 30% del padrón nacional que no concurrió a las urnas? La principal batalla está en esa masa de electoras y electores que decidieron no expresarse en la primera de las instancias electorales de este 2023.
La economía post-PASO: dónde estamos hoy
? La devaluación del lunes post-PASO echó por tierra con cualquier optimismo respecto de los próximos meses. Con agosto y septiembre firmemente en dos dígitos, la primera pregunta es por la inercia que muestre la inflación a partir de octubre. El régimen de alta inflación que se ha configurado en el último tiempo en Argentina ha involucrado cambios en los comportamientos: los reajustes de precios son cada vez más veloces o indexados y por tanto la inercia es mayor. La mesa está servida para que la inflación supere incluso este año el 160% interanual. Como además cualquier escenario para un futuro gobierno implica una devaluación, en 2024 esa interanual seguirá subiendo.
? Mientras tanto, las reservas brutas del Banco Central se encuentran en USD 23.700 millones, sus niveles más bajos en 18 años; y las netas muestran récords históricos por lo negativo, rondando los USD 10.000 millones en rojo.
? El dólar oficial ya había acelerado el ritmo de crawling peg (en junio subió 7,6% y en julio 7,1%, de manera que le ganó a la inflación) antes del 22% de devaluación del lunes. Los paralelos en estos días están re-acomodándose al salto del oficial, recomponiendo la brecha del 100% en torno a la cual rondaron en estos meses. No hay razón para que no retomen a esos niveles, dada la existencia de un cepo cambiario que por ejemplo incluye impuestos sobre el dólar oficial que funcionan como “piso” para las cotizaciones paralelas.
? Por esto dijimos reiteradamente en nuestros informes que una devaluación no tenía sentido por sí sola, sino que puede funcionar únicamente en el marco de un plan de estabilización. El FMI, que impuso en la negociación esta devaluación del oficial, claramente piensa esto desde su propia agenda ideológica.
? Vale al recordatorio de que la crisis económica no es sólo un problema de esta gestión.
? En promedio, entre 2012 y 2022 el PBI cayó 0,08%, y en 6 de esos 11 años la variación interanual fue negativa (con el máximo de 10% en 2020 como efecto de la pandemia).
? Consecuentemente, la pobreza entre 2016 y 2022 se mantuvo en valores promedio de 34% (en 2019 fue de 35,5%), y la indigencia de 7,6% (8% en 2019, al igual que en 2022).
? El nivel más bajo de inflación entre 2017 y 2022 fue 24,2% en 2017, y desde entonces se ha acelerado hasta los niveles actuales.
? La falta de respuestas a esta crisis perpetua (pero acentuada en 2023) explica en gran parte el resultado electoral. El problema es que las soluciones de fondo que se necesitan de acá en más aún deberán esperar: no puede tomarlas este gobierno saliente, sino que debe hacerlas quien asuma en diciembre, con mayor poder y plazo para ejecutarlas.
? Hoy, en la agenda de gestión sólo hay parches. Algunos serán más necesarios, como una transferencia de urgencia a los hogares más vulnerados. Otros parches implicarán patear para 2024 problemas como la deuda comercial privada (importaciones que no están siendo pagadas, acceso pospuesto a dólar oficial para empresas que recurrieron a otros dólares para pagarlas, etc.) o los pasivos remunerados del BCRA (que se sitúan en máximos históricos, llegando a casi
14% del PIB, y continuarán creciendo impulsados por su propia tasa de interés) que hace que la reducción de la base monetaria abajo del 5% del PIB parezca insustentable. Otros serán meras actuaciones para las cámaras sin efecto real, como un enésimo acuerdo de precios en un contexto de aceleración inflacionaria.
Sobre cómo pagar importaciones de insumos desde China en el actual contexto de escasez de divisas de manera tal de no seguir perjudicando la producción nacional, nuestro director Martín Kalos publicó una columna de opinión en el diario El Cronista.
? Todo bajo la mirada atenta de nuestro gran acreedor, que desde que volvió de la mano de los USD 45.000 millones prestados a Macri tiene suficiente poder como para incidir en la capacidad de tomar decisiones de política económica de este gobierno y de cualquiera de los que venga a futuro. En efecto hoy el FMI exige seguir bajando subsidios energéticos, aumentar tarifas de electricidad y gas y continuar reduciendo el poder adquisitivo de los planes sociales y los salarios públicos. Un combo de más inflación, menos poder adquisitivo en los hogares, menos obra pública y más impuestos, en el contexto del proceso electoral. Y aún así, en noviembre estaremos negociando con el FMI por haber incumplido las distintas metas (fiscales, de acumulación de Reservas, etc.) que se acordaron apenas el mes pasado.
? Mientras tanto, la incertidumbre respecto de qué tipo de políticas implemente cada potencial Presidente lleva a que cada quien se cubra de riesgos como puede: eso implica volatilidad en los mercados financieros, aumentos de precios precautorios, más demanda de dólares. Un comportamiento racional, pero que a nivel social termina siendo contraproducente.
? De cara a octubre, el ministro candidato Massa enfrentará estas tensiones como pueda: con los parches que logre aplicar para aplacar la inflación, el FMI mirándolo por encima de su cabeza, la actividad productiva atada con alambres; pero también con la oportunidad de mostrar un uso creativo y eficiente de las capacidades de gestión pública y de proponer un horizonte distinto. De hecho ese es el gran desafío de Massa y Bullrich: argumentar y convencer de que tienen ideas y herramientas para salir de la crisis que sus coaliciones han provocado y para la cual no han encontrado (o y/o implementado) estrategias para su solución hasta el momento.
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